domingo, 6 de enero de 2008

¡Jesús viene a nuestro encuentro!

(San Mateo 28:16)
Por su parte, los Once discípulos partieron para Galilea, al cerro donde Jesús los había citado. Cuando vieron a Jesús se postraron ante él, aunque algunos todavía desconfiaban. Entonces Jesús, acercándose les habló con estas palabras:
¨Todo poder se me ha dado en el cielo y en la tierra. Por eso, vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado. Yo estoy con ustedes todos los días hasta que se termine este mundo.¨


Este texto, que es el último del evangelio según san Mateo, no llamaría mucho la atención si no fuera porque Jesús se presenta a sus discípulos RESUCITADO. Repito, Él ya había muerto y ahora se presenta resucitado, tal cual lo había prometido que al tercer día resucitaría. Esto nosotros hoy por hoy lo tenemos incorporado: "Jesús ha resucitado", porque nos lo enseñaron nuestros padres, la Iglesia, ¡pero para aquel tiempo era un hecho totalmente nuevo! Por eso cuando Jesús hablaba que iba a morir y luego resucitar, no lo entendían, es más, en un momento Pedro lo quiso callar: ¡qué iban a pensar de su maestro! ¿Qué estaba loco? Los discípulos en aquellos momentos no tomaban conciencia de que estaban frente al mismo Dios que se había hecho hombre. Cuando Jesús les dijo que después de morir lo iban a poder encontrar en tal lugar, ellos no estaban seguros.
Varios discípulos antes de conocer a Jesús tenían su seguridad económica, tales los casos de Pedro, Santiago, Andrés -por citar algunos- eran pescadores, tenían su pequeña flota. El mismo autor de este evangelio, Mateo, era publicano. Los publicanos eran hebreos que cobraban impuesto para dárselo a los romanos que estaban ocupando sus tierras. Entonces imaginen que eran considerados traidores por su pueblo. Pero ellos se quedaban con una muy buena comisión y vivían muy bien. Sin embargo cuando pasó Jesús, él lo dejó todo por seguirlo. ¡Cómo habrá sido la mirada de Jesús! Y así todos los discípulos dejaron lo que tenían por seguirlo a Él. Dejaron su vida por seguirlo.
Y todos sabemos cómo terminó Jesús, terminó crucificado, muerte de esclavos. Era una muerte que se le daba a los peores del pueblo. Como se dice comúnmente (al menos en Argentina) "lacras sociales", violadores, asesinos, revolucionarios contra el régimen romano. Cada vez que se daba muerte de cruz a alguien tenía un mensaje aleccionador, demostrar que Roma tenía el dominio y que no iban a permitir nada en contra. Una muerte ejemplificadora para que a nadie se le ocurriera seguir las enseñanzas o conductas del crucificado. Entonces se imaginan que cuando los discípulos vieron como mataron a Jesús quedaron atemorizados, porque aparte sabían que iban a ir también por ellos, es más, tenemos el testimonio -por ejemplo- de Pedro, se acordarán de cuando lo negó tres veces antes de que cantara el gallo, aún cuando Pedro le había jurado a Jesús que él no iba a ser como los otros, que él lo iba a seguir siempre, sin embargo Jesús le dijo: "te aseguro de que antes que cante el gallo me habrás negado tres veces". Y ocurrió así, pero lo negó porque no quiso correr la misma suerte de Jesús, que lo iban a castigar y matar.
Pero entonces como podemos explicar que estas personas que estaban escondidas, atemorizadas, que sabían que las iban a matar cruelmente, salieron a predicar que habían visto a Jesús RESUCITADO, una locura para la época, es como si de pronto nosotros saliéramos de aquí y dijéramos que vimos al cura elevarse por el aire, etc. y encima jugándonos la vida en tal afirmación. ¿Cómo tuvieron semejante convicción? La única explicación posible es que REALMENTE LO VIERON RESUCITADO. Hay varios relatos más donde explican que comieron con Él, que tocaron sus marcas en las manos, que tocaron su costado perforado por la lanza del centurión -quién lo había hecho para asegurarse bien que estaba muerto-.
La prueba de que salieron la encontramos en que hoy estamos hablando de Él, miles de años después y a miles de kilómetros de distancia, sino todo hubiera quedado callado en el pasado. Finalmente no tuvieron miedo.

Este texto habla de ese encuentro de los discípulos con Jesús resucitado, " Por su parte, los Once discípulos partieron para Galilea, al cerro donde Jesús los había citado. Cuando vieron a Jesús se postraron ante él, aunque algunos todavía desconfiaban. Entonces Jesús, acercándose les habló con estas palabras: "Todo poder se me ha dado en el cielo y en la tierra. (Confirmando su Señorío del mundo) Por eso, vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. (Les dice a ellos que estaban encerrados que salgan) Bautícenlos, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, (está confirmando su divinidad en la Santísima Trinidad) y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado. (Acá también nos está dando los pasos para ser cristianos BAUTISMO Y ENSEÑANZA DE JESUS). Yo estoy con ustedes todos los días hasta que se termine este mundo." Con lo cual también nos tiene que dejar tranquilos en el sentido de que no es solo una misión nuestra sino que está comprometido el mismo Jesús. Sobre todo él se compromete a estar en la Iglesia que Él formó, eligiendo a los apóstoles, mostrándose ante ellos resucitado, dejándole su Espíritu Santo, y ellos dieron testimonio transmitiéndose la fe de generación en generación. 

No hay comentarios: