sábado, 23 de abril de 2011

Bautismo y Sabado Santo

En cada Sabado Santo recordamos la sepultura de Cristo. En ese lugar oscuro, oculto y silencioso, comienza la transformación de su cuerpo carnal. Conocemos gracias a Él y a sus testigos los apóstoles y discípulos, que Dios transforma su cuerpo carnal deteriorado y por sobre todo muerto, en un cuerpo glorioso sano y lleno de vida que no se acaba, que es eterna.
Los que lo ven con este nuevo cuerpo resucitado, pasan de la tristeza angustiante y paralizante a la alegría que llena su existencia y los moviliza a salir para contárselo a todos.

Los cristianos debemos darnos cuenta que Dios en nuestros bautismos comienza -anticipadamente-con esta misma "operación" del Santo Sepulcro -finalmente-, la de transformar nuestra vida carnal, es decir la que llevamos cuando nos dejamos dominar por el egoísmo y la mezquindad, la codicia, la excesiva confianza en sí mismo, los vicios, y todos los modos de expansión del mal que nos corroe y nos tiene "muertos". Y decididamente estamos "muertos" cuando no estamos llenos de la vida y la alegría que solo el Resucitado puede brindarnos y no estamos movilizados para salir y contárselo a todos.

Colosenses 2, 11-12

En Cristo fueron ustedes circuncidados con una circuncisión no hecha por manos humanas, que los despojó enteramente del cuerpo carnal.

Esta "circuncisión de Cristo" es el bautismo.

Al recibirlo, ustedes fueron sepultados con Cristo, y también fueron resucitados por haber creído en el poder de Dios, que resucitó a Cristo de entre los muertos.


Desde siempre la Iglesia asocia la Vigilia Pascual a la celebración del Bautismo: en este Sacramento se realiza el gran misterio por el cual el hombre muere al pecado, participa de la vida nueva en Jesucristo Resucitado y recibe el mismo espíritu de Dios que resucitó a Jesús de entre los muertos. (Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la Cuaresma 2011).

Podemos también repasar algunos ritos relacionados que ocurren en la ceremonia de Bautismo y en la Liturgia del Sábado Santo.
En principio la bendición del ¨Fuego Nuevo¨ que se realiza al comienzo. Entre los cristianos se suele iconizar al Espíritu Santo con el ¨fuego¨ y representar también con el ¨soplo¨, por ejemplo en el relato de la Creación, el Soplo de Dios sobre el agua, prefigura de la Bendición del Agua para el Bautismo, y para el caso del ¨fuego¨ la iconografía del Espíritu Santo sobre los apóstoles y la Virgen María en el episodio de Pentecostés. Con el ¨Fuego Nuevo¨ se enciende el Cirio Pascual, que representa a Jesús que resucita con el Espíritu Santo. En este rito, el sacerdote para identificar este cirio con Jesús, lo marca primero con una cruz a la cual le inserta 5 clavos de incienzo, representando las 5 llagas de la pasión, también escribe las letras alfa y omega, recordando que Jesús no solo es el principio y el fin, sino también que estuvo en el principio y estará en el fin del mundo, y finalmente el número del año indicando su presencia actual. El cirio es introducido en la iglesia, pueblo santo, de donde sus fieles toman luz. Se disipa la oscuridad creando una atmosfera de calor, de seguridad, de tranquilidad, de certeza, entonces proclamamos que Jesús es ¨la Luz del mundo¨.
Luego se oye el Pregón Pascual, que narra eventos de la historia de salvación. Como el ¨Soplo de Dios¨ sobre el Mar Rojo que se abre para el paso del pueblo de Israel hacia su liberación de la esclavitud. Recordamos allí la prefigura del Espíritu Santo actuando sobre el agua (bautismo) para que el pueblo santo (la Iglesia) salga de la tierra de la esclavitud (pecado) hacia la tierra prometida (el Reino de Dios).
Se hacen luego las lecturas que repasan la historia de salvación. Partes de éstas lecturas son utilizadas en la Bendición de las Aguas en la liturgia de Bautismo. Uno de los salmos repite ¨Sacarán agua con gozo de la fuente de salvación¨ con clara referencia al Bautismo.
Considero de especial importancia la oración que pronuncia el sacerdote entre lecturas donde se exhorta a la comunidad a comprender que la obra de la ¨Redención¨ no es de menor importancia que la obra de la ¨Creación¨.
En esta misa también se realizan las ¨Renuncias¨ y la ¨Profesión de Fe¨ como en el Bautismo, comprometiéndonos a un cambio de vida en Cristo, y el rociado con agua bendita sobre los fieles, indicándonos que la gracia de Dios es indispensable en esta tarea.

1 comentario:

emilia v dijo...

Gracias por su Blog, ha sido de bendición para mi (comparto pláticas prebautismales en una pequeña comunidad al noreste de México). Que el Señor los siga bendiciendo. Paz y bien